El comienzo

El comienzo

martes, 10 de noviembre de 2009

MUCHO MACHUPICHU


Desde la oficina de turismo en El Cusco, nos indicaron las maneras para poder llegar al Machupichu, una de ellas era coger un bus y luego el tren que nos dejaría en Aguas Calientes, al pie del Machupichu. Pero había que introducir un poco de aventura, así que buscamos algún treck que no fuera de empresa privada y nos encontramos con el de Salcantai, no nos lo íbamos a poner tan fácil. Este comienza en Moyepata y atraviesa la degollada de los cerros mas altos del lugar, el Salcantai con unos 5600 msnm y el Humantai.

El camino sube a la degollada formada por ambos picos y desde allí emprendía la bajada, en un entorno abierto lleno de prados, para adentrarnos en una selva subtropical andina. Fueron jornadas de ocho a nueve horas de caminata para ahorrar un día en el treck. Una vez llegados a pie de río tocaba un nuevo ascenso por caminos Incas. Dura subida donde el sudor llegaba a los talones (no cuento desde donde). En la cima de la montaña nos encontramos con un puesto de vigilancia y aviso Inca. Divisamos desde allí por primera vez el Machupichu y su entorno. La bajada fue muy rápida hasta la hidroeléctrica, aberración que tienen instalada en las montañas junto al ·Santuario del Machupichu".
Ya solo nos restaba caminar por las vías del tren durante una hora y media para llegar al pueblo asentado en la base del Machupichu, Aguas Calientes. Un asentamiento nacido a los pies y al servicio del turismo que atrae el santuario Inca.






En este viaje notamos la frialdad de
sus gentes, hicimos muy pocos contactos con los lugareños, al contrariol de los que estábamos acostumbrados en otras ocasiones. Se notaba que estas zonas ya tienen mucho trajín de turismo y que ven en ellos solo una fuente de ingresos y no a personas. Fue un viaje en el que nos llevamos básicamente la belleza de los paisajes y las energías del lugar.
Al día siguiente la subida fue veloz para ser los primeros en llegar a las puertas de entrada. A eso de las cuatro de la mañana ya estábamos caminando para adelantar a los que se nos habían adelantado en el reloj.
Solo a los cuatrocientos primeros les dejan subir al monte del Wainapichu, y nuestro reto era coronarlo. Nos adelantamos al personal durante la subida y conseguimos ser los primeros en llegar y poder tener cinco minutos de soledad con el paisaje, arrebatandole el oro a Josepe, un italiano aventurero que había atracado la piragüa en la que andaba viajando para coronarlo. "Pero el bronce no esta mal para un señor mayor"

Y nuevamente, el regreso por las vias del tren, "Un Paseo Por Las Nubes" (Laura y Esteban)



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