La llegada a Abancay fue fugaz, el paro que se traían entre manos con el gobierno no nos dejo llegar al centro de la ciudad y tuvimos que buscar como salir de allí para llegar a Chacora esa noche. Pudimos acercarnos gracias a unos señores que se dirijian al Cusco y nos acercaron al Ramal, un grupito de cuatro casas en el cruce para bajar a Cachora. Ya había caído la noche y hacia bastante frío, así que buena fue una construcción que nos sirvió para pasar la noche bajo un techito. Ya en la mañana bajamos al pueblo y comenzamos el treck de tres días por el cañón. Tiene una diferencia de cota de 1600 metros aproximadamente, con la respectiva bajada al río y remonte a cumbre, con una panorámica impresionante, donde por cualquier lado existen cascadas y quebrados.
Nos habían avisado que a lo largo del camino no íbamos a encontrar agua y que nos aprovisionáramos bien, pero a cada paso que dábamos nos encontrábamos con fuentes e instalaciones de camping. La verdad es que el trayecto estaba bien dotado de instalaciones en su recorrido, y en muy buenas condiciones. Así que a la subida soltamos lastres y decidimos vaciarnos de todo el líquido y no cargar innecesariamente. El tiempo tambien nos acompañó muchisísimo, los chubascos de la noche refrescaban el suelo y nos libraba del polvillo del camino. Llevamos la lluvia¡¡¡¡
El Choquekiraw (cuna del oro) es un asentamiento descubierto hace pocos años, y de igual importancia que el Machupichu. Basaba sus instalaciones principalmente en la defensa y en la agricultura (en un 80%). En terrenos tan abruptos emplearon las andenerías para conseguir la superficie necesaria para cultivos, y coronaron toda la montaña con líneas de terrazas. El agua que les viene de las montañas la canalizaban por medio de una serie de acequias y cantoneras y la distribuían en bajada por gravedad.
En la plaza central se encuentra la cas del Inca y el centro religioso. En lo alto de la loma se asientan las viviendas de los agricultores.
La defensa se realizaba desde los puntos elevados de control del machupichu y el choquequirao, garantizando la seguridad del Cusco, residencia del Inca.
El regreso es igualmente duro por su pronunciada bajada, y mas con la carga de las mochilas a la espalda. Pero el último tramo de dos horas ya es todo tendido despues de una sbida de casi tres horas desde la playa.
A la llegada nos dimos un desayuno homenaje a base de ensalada de tomates fresquítos con cebolla dulce y atún (enlatado, pero era atún). Un manjar¡¡¡¡¡¡
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